Es inevitable: cuando alguien menciona OVNIs o extraterrestres, se me vienen a la cabeza imágenes de la serie V o de Independence Day o todos esos programas que hablan del caso Roswell.
Pero resulta que en España tenemos un buen puñado de esos casos.
Algunos han suscitado incluso la publicación de artículos científicos analizándolos para ver cuál es su origen.
De hecho, en mi ciudad existe una asociación de aficionados que se reúnen para subir a los cerros y perder la mirada en el cielo nocturno en busca de avistamientos.
Me gustaría traerte alguna noticia o imagen, pero no hay nada, se ve que se lo guardan todo para sus círculos.
Por eso, vamos a viajar a Talavera la Real (Badajoz), al frío noviembre de 1976, en concreto a las inmediaciones de la Base Aérea.
Dos soldados estaban de patrulla y notaron interferencias en la radio que se convirtieron en un desagradable sonido agudo.
Todo podría haber quedado ahí, pero justo al desaparecer ese sonido, vieron una bola de luz atravesar el cielo.
Se les unió otro compañero que traía un perro guardián y se dispusieron a rastrear la zona.
Unas ramas de eucalipto crujieron.
Cuando miraron hacia allí, vieron a un humanoide de 3 metros de altura.
Un soldado se desmayó.
Los otros abrieron fuego.
Dos reacciones igual de comprensibles, si me preguntas.
Al día siguiente, cincuenta soldados rastrearon la zona y no solo no vieron a ningún humanoide de 3 metros, sino que tampoco encontraron los casquillos de las 40 balas que habían disparado los soldados.
Y… ahí quedó todo.
¿Te suena raro?
Pues resulta que en la Biblioteca Virtual del Ministerio de Defensa te puedes descargar el expediente de aquel suceso 👇
Ahí puedes ver el artículo periodístico que se remitió a Defensa para que investigara el hecho.
La respuesta que se obtuvo fue que se trataba de “materia reservada” al tratarse de algo ocurrido dentro de instalaciones militares y que no debía ser comentado con civiles.
Y hasta hoy.
Aunque uno de los soldados aún defiende lo que vio…

Una noche más, Víctor había salido a correr por la carretera.
Atrás dejaba a su mujer enfurruñada tras haberle advertido por enésima vez que cualquier día iba a pasar una desgracia.
—Y encima te vas recién cenado, para que te dé una indigestión por ahí…
Ni caso.
A Víctor le encantaba correr de noche, con sus zapatillas y su ropa reflectante y la pequeña linterna en la frente.
Todo estaba solitario y silencioso.
Solo escuchaba su propia respiración, acompasada con su trote.
Era hipnótico. A veces, creía que entraba en trance.
Y quizá fuera cierto porque, de repente, vio los faros de un coche que avanzaba directamente hacia él.
Escuchó el claxon
Creyó oír los gritos de terror del conductor que había perdido el control del vehículo.
Entonces, una fuerte luz blanca lo deslumbró con tanta potencia que tuvo que cubrirse el rostro con los brazos.
Cerró los ojos y aun así veía ese resplandor.
Los pies enfundados en zapatillas con pesas se despegaron del suelo.
Víctor sintió que se desplazaba en el aire hasta que cayó sobre el duro suelo de asfalto.
Todavía con los ojos cerrados, escuchó el impacto del coche contra uno de los árboles del arcén.
No había dolor.
¿Quizá había muerto?
Tuvo un último pensamiento para su esposa, ¡qué razón tenía!
Abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba vivo.
De algún modo se había desplazado unos metros del lugar en el que estaba, justo donde ahora humeaba el coche estrellado.
Miró al cielo nocturno para dar gracias a Dios… y vio que no era a Él precisamente a quien tenía que agradecer el seguir vivo.
Una pequeña y brillante nave ovalada flotó entre las estrellas unos segundos antes de salir disparada y desaparecer.
Bueno, eso de final feliz depende... ¿Los del carro sobrevivieron? 🤔😆
Un caso brutal como comentas tu... cuando metes militares y ovnis la cosa se pone mas interesante.
Victor es una persona con suerte, aparte de salvar su vida, el tio encima ve un ovni...😒
Disfrute mucho de esta entrada, muchas gracias¡ ❤