A ver, no me dan miedo los payasos.
Quizá un poco de mal rollo mezclado con algo de lástima.
Es posible que esta sensación tenga que ver con mi primera experiencia con los payasos.
De hecho, también fue mi primera (y creo que única) experiencia con el circo (dentro de unas semanas podemos hablar del circo y el terror, si quieres, que da para mucho)
Tendría unos siete u ocho años y en el colegio nos llevaron de excursión al circo.
Tengo tres recuerdos imborrables de aquel día.
El primero es el delicioso Pantera Rosa que me comí. Creo que es lo que más me gustó de toda la excursión.
El segundo son los decepcionantes Espinete y Don Pimpón. Yo era MUY FAN de Barrio Sésamo y tenía MUCHA ilusión en verlos. En fin, los disfraces eran cutres, estaban sucios y quienes iban dentro no tenían muchos ánimos.
El tercer recuerdo son los payasos. A mí me parecían unos macarras mal vestidos y con las caras pintadas de cualquier manera. Sí recuerdo que me reí bastante, pero porque eran tan descarados y era todo tan improvisado que, al final, tenían gracia.
Al margen de mi historia con los payasos, hay personas que les tienen auténtica fobia y eso los ha convertido en un recurso perfecto para el terror.
La explicación de la coulrofobia
Según el artículo «Lo ominoso, entre manchones y narices rojas»* hay tres posibles causas para esta fobia:
El maquillaje excesivo de los payasos, que puede ser visto como aterrador.
La nariz roja y el color extraño del cabello, que contribuyen a ocultar la verdadera identidad del payaso.
Mala experiencia previa, que podría haber sido vivida en persona o a través de representaciones siniestras de payasos en los medios audiovisuales.
El maquillaje y el aspecto excesivo y exagerado de los payasos generan una sensación de ocultamiento y desconfianza, lo cual puede resultar perturbador para algunas personas, ya que el rostro verdadero del payaso permanece escondido.
Por eso, encontramos payasos tan terroríficos como estos:
Pennywise (It - 1990, It - 2017 y It Chapter Two - 2019)
Este personaje creado por Stephen King es uno de los payasos más emblemáticos del terror. Pennywise, conocido como «el payaso bailarín», aterroriza al pueblo de Derry, Maine, alimentándose de los miedos de los niños. En las adaptaciones cinematográficas, Tim Curry y Bill Skarsgård han dado vida a esta entidad sobrenatural con una sonrisa perturbadora. ¿Con cuál de los dos te quedas?
Twisty (American Horror Story: Freak Show - 2014)
Twisty es un payaso asesino de la cuarta temporada de American Horror Story. De aspecto grotesco, con una máscara que oculta su rostro desfigurado, es un personaje trágico y aterrador. Su historia y su apariencia lo han convertido en uno de los personajes más inquietantes de la serie. Ojo, que a mí me enterneció.
Art the Clown (Terrifier - 2016, Terrifier 2 - 2022)
Art es un payaso sádico y despiadado que protagoniza la saga de películas Terrifier. Con su traje en blanco y negro, maquillaje monocromático y sonrisa siniestra, se dedica a atormentar y asesinar de manera brutal a sus víctimas, ganándose un lugar en el cine de terror contemporáneo. Personalmente vi hace poco las películas y no me da mucho miedo, pero sé que a mucha gente le impresiona.
Clown (Clown - 2014)
En esta película dirigida por Jon Watts, un padre se convierte en un payaso monstruoso al ponerse un traje que no puede quitarse. El traje resulta estar maldito y lo transforma en un demonio que devora niños. Este concepto de un payaso incontrolable y trágico le da un toque único a la historia. Este da miedo a padres e hijos por igual.
Captain Spaulding (House of 1000 Corpses - 2003, The Devil's Rejects - 2005, 3 from Hell - 2019)
Interpretado por Sid Haig, Captain Spaulding es un payaso macabro y carismático creado por Rob Zombie. Es un asesino que dirige un museo de horrores y forma parte de la familia Firefly. Su sentido del humor retorcido y su aspecto inquietante lo convierten en uno de los payasos más recordados del cine de terror. Me encanta.
Dime en los comentarios cuál es tu relación con los payasos. Mientras tanto, te dejo con una breve historia que quizá te haga pensar…

Desde que la familia se había mudado a aquella vieja casa, el ático se había convertido en el lugar secreto de Lily.
Sus padres le habían prohibido subir de noche, pero la curiosidad podía más que el miedo.
Todas las tardes, cuando el sol comenzaba a caer, agarraba su linterna y escalaba las escaleras crujientes con el corazón palpitando de emoción.
El ático estaba repleto de cosas viejas de los antiguos dueños, arrojadas al olvido bajo una espesa capa de polvo.
Pero nada era tan extraño como el espejo.
Era un espejo antiguo, alto y estrecho, rodeado de un marco de madera astillada y dorada.
En la parte superior, una inscripción grabada decía: “El payaso te cuida”.
La primera vez que lo vio, se miró en el espejo, iluminada solo por el rayo de luz que se colaba entre las ventanas sucias.
Y entonces, lo vio.
Allí, en la profundidad del reflejo, un payaso sonriente se escondía detrás de ella.
Lily se giró rápidamente.
Nadie.
Solo el silencio del ático y una muñeca olvidada en una esquina, con sus ojos inexpresivos y fijos en ella.
A la noche siguiente, subió de nuevo y, cuando se asomó al espejo, el payaso estaba más cerca.
Su sonrisa parecía más amplia, pero algo en sus ojos le hacía pensar que no era amable.
Las noches se convirtieron en un juego macabro.
Ella subía al ático y cada vez que miraba el espejo, el payaso había avanzado un paso.
Su rostro pintado se deformaba en una sonrisa cada vez más grotesca.
En los ojos que la miraban se adivinaba algo hambriento.
Pero Lily volvía una y otra vez.
A medida que el sol se ponía y el ático quedaba en penumbras, el payaso se acercaba más.
La última noche, el espejo la recibió con un resplandor frío.
Ella apuntó la linterna hacia el reflejo.
Esta vez, el payaso estaba tan cerca que casi podía sentir su aliento.
La sonrisa del payaso era una mueca distorsionada, un abismo oscuro de dientes afilados.
Dio un paso atrás, con el corazón latiendo desbocado.
Un crujido apenas perceptible se oyó detrás de ella, en algún rincón oscuro del ático.
La linterna se le cayó de las manos.
El espejo tembló.
Y Lily supo, en ese preciso instante, que el payaso ya no estaba en el reflejo…
PD. Respecto a la encuesta que hice la semana pasada sobre si prefieres una historia corta semanal o una historia más larga al mes, ganó esta última opción por un 57%. El resultado ha estado muy igualado y varios me habéis escrito diciendo que os gustaban las historias semanales así que me esforzaré por recuperarlas. Al mismo tiempo, me he propuesto escribir por libre algunos relatos más largos que también compartiré por aquí. No obstante, te recuerdo que ya tengo algunos en mi cuenta de Inkitt junto con el primer Horrible Cuento Clásico, Blancanieves.
* Quintana, M. C. (2017). Lo ominoso, entre manchones y narices rojas. Estrategias: Psicoanálisis y salud mental, (5), 101-102.
El payaso de freak show no ?
Inscripción: “El payaso te cuida”.
Yo de inmediato: "No te creo nada"
Muy bueno 👏